El cáncer de piel es el tipo de tumor más frecuente en el mundo. Se produce por el crecimiento anormal y descontrolado de células cutáneas, que se han alterado por la radiación ultravioleta (UV) procedente de la luz solar o de las camas de bronceado. Dentro de los mismos, el menos frecuente, pero el más agresivo, es el melanoma. En concreto, se calcula que cada año cerca de unas 5.500 personas en España desarrollan un melanoma (datos Observatorio AECC) y más de 74.000 tienen un cáncer cutáneo no melanoma.

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El nombre de este tumor se relaciona con su origen, que está en las células llamadas melanocitos, y son las responsables de producir la melanina: el pigmento que da color a nuestra piel durante el bronceado y que, además, la protege de los rayos ultravioleta.

Uno de los principales retos del melanoma es su capacidad de invadir el tejido sano que lo rodea y diseminarse a otras partes del cuerpo.  Es por ello que, además de avanzar en los tratamientos, otra de las vías de investigación se centra en evitar la diseminación de las células tumorales para prevenir posibles recaídas tras la intervención quirúrgica y, además, evitar posibles metástasis.

Melanoma y biopsia líquida

Anticiparse a las recaídas en melanoma

A este respecto destaca el proyecto de investigación liderado por el Dr. Héctor Peinado, que cuenta con una ayuda de la AECC, cuyo objetivo es permitir anticiparse a una recaída tras una operación en pacientes de melanoma.

Biopsia líquida: ¿qué es?

Basándose en un procedimiento novedoso, como es la biopsia líquida, este grupo de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha conseguido analizar el líquido linfático de los pacientes intervenidos, que normalmente era desechado, para buscar rastros de células tumorales e información sobre el tumor.

En este líquido se ha conseguido identificar unas pequeñas ‘’bolsas’’ o ‘’paquetes’’ con información (vesículas extracelulares), que las células tumorales expulsan, para usarlas a modo de “mensajeros” hacia otras partes de cuerpo. Un mecanismo con el que logran extenderse, dando lugar a la metástasis.

Además, estos investigadores han conseguido detectar a partir de las vesículas extracelulares mutaciones en un gen llamado BRAF, las cuales son comunes en melanoma y sirven como indicador del riesgo de sufrir una recaída.

El equipo del Dr. Héctor Peinado en su proyecto de investigación del melanoma

Hector Peinado: «El objetivo es conseguir un test que pueda determinar si existe enfermedad residual en el paciente»

Para entender mejor las repercusiones de esta investigación, el Dr. Héctor Peinado, que recibió en 2019 una Ayuda a Proyectos LAB AECC para seguir investigando y mejorar el diagnóstico de los pacientes con melanoma, aclara las siguientes cuestiones.

¿Podremos prevenir el melanoma?

La prevención del melanoma muchas veces está en nuestra mano. El mayor factor de riesgo son los rayos ultravioletas, radiación solar, etcétera.,. Por eso, es importante concienciar a la población de la importancia de evitar la sobreexposición solar, el uso de cámaras de bronceado y usar protectores solares desde la infancia. Educando así a las futuras generaciones en los riesgos, muchos de los casos se evitarían. Eso, junto a la observación de anomalías en nuestra piel y la consulta a especialistas cuando sospechemos de alguna mancha en la piel. Estas pautas son esenciales en la prevención.

¿Por qué ha sido clave en su investigación el análisis del líquido linfático?

Buscando en la literatura encontramos que había un fluido que no se usaba casi, los drenajes que se implantan después de la cirugía. Pensamos que este podría ser usado como una medición de lo que llamamos enfermedad residual, que son restos de tejido tumoral que no pueden ser eliminados en su totalidad por la cirugía.

Después de 6 años de trabajo, vimos que efectivamente el análisis de biomarcadores (en nuestro caso mutaciones del tumor) en el drenaje después de la cirugía y linfadenectomia (eliminación de los nódulos linfáticos que rodean al tumor) identificaba a pacientes con enfermedad residual, es decir, aquellos con riesgo de recaer en la enfermedad.

¿Qué material puede encontrarse en este líquido linfático?

El sistema linfático de nuestro organismo tiene como una de sus funciones más importantes capturar los materiales que secretan las células. Nosotros nos hemos especializado en el análisis de exosomas secretados, que son como pequeñas “bolsas” que la célula tumoral secreta con material biológico.

Los exosomas tumorales contienen ADN de la célula tumoral y sus mutaciones pueden ser rastreadas. En resumen, cuando un tumor o una metástasis crece, está secretando continuamente este material. Nosotros aprovechamos esa información para realizar un análisis de biomarcadores, que permita identificar grupos de riesgo en melanoma. 

Para estos pacientes, ¿qué puede suponer ser capaces de predecir el riesgo de recaída?

Un 50% de los pacientes operados de melanoma y sometidos a linfadenectomía recaen en la enfermedad por razones desconocidas; aunque la principal es la presencia de enfermedad residual después de la operación. Sin embargo, ahora mismo no hay un test que permita discriminar eso; por lo que se tardan meses en saber si alguien tiene una recaída y muchas veces presenta enfermedad avanzada.

El objetivo final sería conseguir tener este test, que se pueda realizar después de la operación, y que pueda determinar la enfermedad residual con alta fiabilidad. Eso, por una parte, identificaría a sujetos con enfermedad residual que deberán seguir tratamiento y, por otra, aquellos sujetos curados que no han de tratarse. De esta forma, en las 48 horas después de la operación, se podría identificar a estos sujetos para que se beneficiaran de terapia adyuvante en un periodo muy corto de tiempo. Esto, sin duda, mejoraría la supervivencia. Nosotros estamos tratando de lanzar un estudio clínico junto al Grupo Español del Melanoma, esperemos sea realidad a finales de año.