La inmunoterapia es una revolución medica que se ha hecho esperar, y es que, aunque nos suene a novedad, los inicios de estas investigaciones se remontan a hace más de 120 años. Fue entonces cuando se comprobó que pacientes con tumores incurables mejoraban al sufrir una infección con una bacteria. Sin embargo, no fue hasta 1975 cuando se descubrieron los anticuerpos monoclonales. Es decir, anticuerpos puros contra una molécula específica (antígeno), que fueron claves en el tratamiento del cáncer.

Mucho se ha avanzado desde entonces, y ahora las investigaciones se centran en las propias células de defensa de nuestro sistema inmunitario. Es el caso de los linfocitos o células T, en las que se trabaja para mejorar su activación, y que estas tengan una mayor capacidad para reconocer a un tumor en concreto y destruir el mismo. Es decir, no se trata de introducir un fármaco para que luche contra el tumor, sino de reforzar las propias herramientas del sistema inmune para que nuestro cuerpo pueda defenderse y vencer el cáncer.

¿Qué es la inmunoterapia contra el cáncer?

Ignacio Melero Bermejo, investigador del CIMA y codirector del servicio de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica de Navarra explica que “la inmunoterapia intenta incrementar los mecanismos por los que las células del sistema inmunitario pueden reconocer y destruir células malignas”. Lo que destaca de este tipo de investigaciones es precisamente su eficacia. “En este momento las principales líneas de investigación se centran en intentar combinar el tratamiento de inmunoterapia con tratamientos convencionales del cáncer o con varios agentes de inmunoterapia entre sí”.

Por su parte, Ignacio Gil Bazo, codirector del departamento de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra aclara que “estos fármacos ya pueden ser empleados para los enfermos que tengan aquellas patologías en las que la inmunoterapia ya ha sido probada”. Añade, además, que son tratamientos bien tolerados por los pacientes, que ayudan a mantener su calidad de vida.

Aunque sin duda, el objetivo es conseguir una mejora sustancial en la supervivencia del paciente, para poder, incluso, cronificar la enfermedad en algunos casos. La clave está en que, gracias a la memoria del sistema inmune, este reconozca al tumor como un elemento extraño, y conseguir un efecto mucho más prolongado.

Tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer

No todas las inmunoterapias son iguales, ya que cada una actúa sobre diferentes aspectos de las células del sistema inmunitario.

Inmunoterapia CAR-T

Una de las terapias más populares son las llamadas CAR-T. En este tratamiento se extraen los propios linfocitos T del paciente y se modifican en el laboratorio para mejorar su acción contra el tumor, colocando una especie de ‘’sensor’’ en su superficie (receptor CAR). De esta forma, se vuelven a introducir en el paciente para que busquen, reconozcan y ataquen células tumorales. Estas terapias han mostrado ser efectivas en diversos tumores de la sangre.

Inmunoterapia Anti-PD-1 y Anti-PD-L1

También son conocidas las terapias Anti-PD-1 y Anti-PD-L1. Para entender las mismas hay que tener en cuenta que nuestras células sanas tienen un mecanismo para ser reconocidas como tal, y que el sistema inmune no las ataque. Este mecanismo es la molécula PD-1, que tienen los linfocitos T en su superficie. Con esta molécula reconocen a las células sanas uniéndose a un componente de su superficie. En el momento en el que una célula ‘’toca’’ la molécula PD-1, activa un freno, el linfocito la reconoce como una célula sana y no la destruye. El problema es que las células cancerosas, al haber sido antes células sanas, cuentan con este mecanismo, por lo que son capaces de “camuflarse” para que los linfocitos no las reconozcan como malignas y no las ataquen.

En este sentido, estas terapias lo que hacen es bloquear ese freno y a las moléculas engañosas para que el cáncer no pueda activarlo. De esta manera, consiguen que el linfocito pueda darse cuenta de que esa célula, que intentaba camuflarse, es en realidad una célula tumoral y así, poder destruirla.

¿Cuáles son los cánceres que se tratan con inmunoterapia?

No todas estas terapias son aplicables para todos los tumores. En la actualidad,  tal y como informa la propia Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la inmunoterapia con anticuerpos PD-1 o PD-L1 ha demostrado eficacia frente a un gran número de tumores. Entre otros, se incluyen el melanoma, los cánceres de pulmón, riñón, vejiga, estómago, hígado, cabeza y cuello y algunos tumores ginecológicos y linfomas. En un principio, su utilización se limitaba a pacientes en los que había fracasado el tratamiento convencional, habitualmente con quimioterapia. Sin embargo, en pacientes con algunos tipos de tumores, como el melanoma o algunos cánceres de pulmón, ya se considera el tratamiento de primera elección.

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Investigación en inmunoterapia: proyectos de la Asociación Española Contra el Cáncer

Avances en investigación de inmunoterapia

El futuro de estas terapias marcará el futuro de muchos tumores, pero aún queda mucha investigación por delante. La AECC también participa en algunos de estos proyectos.

Ejemplo de ello es el trabajo internacional dirigido por el Dr. Ignacio Melero, en colaboración con centros de Italia y Reino Unido. Como nos contaba él mismo en el vídeo, esta investigación tiene como objetivo analizar la eficacia y los mecanismos de acción al combinar el tratamiento de radioterapia externa junto con la administración de agentes inmunoterapéuticos. En este proyecto multidisciplinar participarán expertos en radioterapia preclínica y clínica, así como expertos en inmunología y cáncer. Recibió una Ayuda Grupos Aceleradores AECC 2019.

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Inmunoterapia en cáncer infantil

Otro proyecto en desarrollo es el del Grupo Coordinado impulsado por la AECC, que dirige el Dr. Antonio Pérez, Jefe de Servicio de Hemato-Oncología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz. Este proyecto está centrado en aplicar la técnica CAR-T con un nuevo ‘’sensor’’ llamado NKG2D, para incorporarlo en células del sistema inmune y hacerlas más eficientes contra el cáncer. Este receptor NKG2D tiene el potencial de reconocer prácticamente muchos de los cánceres humanos a través de moléculas que hay en la superficie de las células tumorales. Recibió una Ayuda a Grupos Coordinados AECC en 2019.

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La Dra. María Luisa Toribio, profesora de investigación del CSIC y directora del departamento de Biología Celular e Inmunología del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBSO), cuenta también con una ayuda de la AECC. Su trabajo se centra en la búsqueda de un tratamiento de inmunoterapia que pueda aplicarse para hacer frente a la Leucemia Linfoblástica Aguda de linfocitos T (LLA-T), un tipo de cáncer muy agresivo que se produce en la sangre y que afecta tanto a niños como a adultos. Recibió la ayuda a Proyectos de cáncer infantil y poco frecuente de la AECC en 2018. En su proyecto han identificado una molécula que resulta ser un punto débil de este tumor agresivo, al cual se puede atacar específicamente con determinados fármacos haciendo que el tumor no pueda progresar y, de esta manera, prevenir las recaídas.

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Inmunoterapia en cáncer de pulmón

El Dr. Rubén Pío, Director del Programa de Tumores Sólidos del CIMA Navarra, ha dirigido una nueva investigación en la que han descubierto que los ciclos intermitentes de ayuno pueden incrementar la capacidad antitumoral de un tipo de inmunoterapia en cáncer de pulmón de células no pequeñas. Este nuevo avance abre las puertas a clasificar mejor a los pacientes y podría mejorar el rendimiento de este tratamiento frente al cáncer de pulmón. Recibió una Ayuda a Proyectos AECC 2017.

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Por último, el Dr. David Escors, investigador principal del grupo de Inmunomodulación en el Centro de Investigaciones Biomédicas NavarraBiomed, trabaja en un proyecto de investigación en el han podido comprobar que, con un análisis de sangre, antes del tratamiento de inmunoterapia, se podría predecir la probabilidad que tiene un paciente de beneficiarse o no del mismo. Algo que puede ayudar a adecuar el mejor tratamiento para cada paciente en función de sus necesidades concretas.

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