El proceso oncológico siempre conlleva momentos de dudas e incertidumbre, tanto para el paciente como para sus familiares. Saber cuál es mi tipo de tumor, cuáles son los tratamientos actuales u opciones de futuro, sus efectos secundarios, etcétera. Son algunas dudas frecuentes cuando alguien enfrenta una enfermedad que implica un gran dolor emocional, como es el cáncer. Además, esta incertidumbre ha sido mayor por el momento de crisis sanitaria que vivimos; especialmente porque se han visto aumentados los tiempos de espera o se han retrasado pruebas diagnósticas. Además, los pacientes se han tenido que enfrentar a otros retos, como gestionar su situación a nivel social y laboral con un funcionamiento anormal de las administraciones.

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Dado que la gestión de la incertidumbre es un tema recurrente entre aquellas personas que reciben el apoyo de la AECC a través de nuestros servicios gratuitos, se ha preparado el taller Aprendiendo a vivir con la incertidumbre llevado a cabo por Ana Monroy y María Ruesga, psicólogas del Servicio Infocáncer de la AECC; y que puedes volver a ver aquí.

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Las expertas aconsejan tener en cuenta las siguientes cuestiones:

Fases emocionales por las que pasa un paciente y gestión de la incertidumbre

No todo el proceso oncológico supone el mismo nivel de ansiedad para el paciente. Identificar los momentos más complejos nos ayudará a saber cuándo puede ser más importante pedir ayuda o trabajar nuestras emociones.

  1. Sospecha y diagnóstico: Es el momento en el que detectamos que algo no va bien en nuestro cuerpo o cuando encontramos algo sospechoso en una revisión. Este momento desemboca en la espera de un diagnóstico, que es una de las primeras fases de mayor incertidumbre ante la enfermedad.
  2. Antes y durante los tratamientos: Cuando por fin tenemos un tratamiento y el especialista nos ha explicado todo sobre él, no acaban las dudas. Comienzan a asaltarnos preguntas sobre cómo me voy a sentir con esa medicación, si va a haber efectos secundarios o si la enfermedad reaccionará positivamente ante el tratamiento. 
  3. Espera de los resultados de los tratamientos: Es el momento de saber si el cáncer ha remitido o si necesitaré un nuevo tratamiento. Incluso cuando son buenas noticas, nos queda la duda de cómo se recuperará nuestro cuerpo de todo lo vivido.
  4. Revisiones y alta médica definitiva: Las revisiones nos recuerdan que seguimos siendo un paciente oncológico, y en cada cita aparece la duda de si el cáncer ha vuelto a aparecer. Sin embargo, una vez recibida el alta definitiva, echamos de menos la seguridad de sentirnos controlados por un profesional y nos asaltan nuevos temores, que ahora no tenemos con quién consultar.

Herramientas para reducir la ansiedad

Ante estas situaciones, las psicólogas de la AECC proponen una serie de herramientas que pueden ser útiles cuando la incertidumbre deja de ser una emoción normal en nuestra vida, para ser una continua ansiedad, que no nos deja vivir con tranquilidad en día a día.

  • Focalizarse en el presente: Focalizar la atención en el día de hoy. La incertidumbre nos sitúa en el futuro, por eso es importante volver al presente. Para ello es útil plantearnos preguntas para las que en el momento actual sí tenemos respuesta. ¿Qué información tengo hoy? ¿Qué pasos he de seguir de ahora en adelante?
  • Aceptar lo que no depende de mí: En el mar, todo acaba saliendo de nuevo a la orilla. Podemos nadar a contracorriente hasta cansarnos, o dejarnos llevar y llegar al mismo punto, pero menos agotados. Esta metáfora sirve para entender que es importante aceptar que hay cosas que no dependen de nosotros y que no vamos a poder controlar en este momento.
  • Realizar actividades gratificantes para mí:  Con el fin de reducir la ansiedad y dejar de pensar todo el rato en esas preguntas sin respuestas es recomendable dedicarnos tiempo y hacer actividades que resulten gratificantes. Un baño relajante, una videollamada con la familia, dedicar tiempo a la lectura, etc.  
  • Normalizar emociones: Para trabajar nuestras emociones, es importante identificarlas y normalizarlas. La mayoría de estas emociones son adaptativas. Por ejemplo, sentimos estrés para estar alerta y así poder reaccionar ante ciertas situaciones difíciles. De esta forma, tenemos que identificar cuándo se trata de algo natural, y cuándo esa emoción pasa a ser un problema.
  • Pedir ayuda: Si esas emociones nos desbordan y no nos dejan llevar nuestro día a día, es importante pedir ayuda a expertos. En la Asociación Española Contra el Cáncer tienes a tu disposición trabajadores sociales, psicólogos y personas voluntarias dispuestos a ayudarte en todo lo que necesites. Solicita información aquí o ponte en contacto con nosotros a través de nuestro servicio telefónico gratuito (Infocáncer: 900 100 036)

Si necesita más ideas para manejar el estrés te recordamos también estas otras técnicas de relajación: